Hay momentos en los que una se tiene que poner seria de verdad. Y el día Internacional contra la ablación es uno de ellos.
El seis de febrero. Ni más ni menos. El día del cumple de mi hijo pequeño. No se me va a olvidar la fecha. Sobre todo porque para mí, mi hijo es amor. Amor, por él mismo, amor por mi marido y placer por todo lo que me proporcionan y, para que nos vamos a engañar, por su propia concepción.
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