Publicado en La Razón
«La libertad de expresión, que hay que respetar, sin ninguna duda ¿incluye todos los insultos, afrentas y descalificaciones?»
El mundo está dividido por líneas finísimas. Georges Simenon decía que «un asesino es cualquiera de nosotros, un segundo antes de cometer un crimen»; pero sin llegar a la sangre, las fantasías sexuales que todos tenemos (Freud dixit) pueden convertirnos en pervertidos en cuestión de segundos, si se realizan.
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