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15 de agosto talibán

Publicado en La Razón

«El cristianismo y el catolicismo tienen más que ver con la cultura de esta Europa de igualdad que defiendo»

Escribo este artículo el 15 de agosto. El mismo día en que, hace tres años, los talibán entraron en Kabul y condenaron a las mujeres a volver a cumplir, estrictamente, sus normas religiosas más antiguas, las de la Sharia, que las dejaba, de nuevo, no solo encerradas en esas cárceles de tela que son los burkas, sino sin su principal herramienta de supervivencia: la educación. Sabían los talibán que la primera arma que debían arrebatar de las manos a las mujeres era esa; tan peligrosa, como para hacerles despertar algún día y decidirlas a recuperar sus derechos perdidos. En este mismo 15 de agosto, me llegan unas imágenes de las calles de Barcelona de no sé cuántos chiíes celebrando la Ashura, una de sus fiestas religiosas. Y no veo más que hombres cantando y bailando… Podría ser Bagdad. Algunas mujeres, musulmanas, según delatan sus túnicas negras y sus velos, observan a los varones, sin acercarse. Y no puedo evitar inquietarme. No soy creyente, pero respeto mucho la fe. Y tal vez entiendo más que hoy se rece a la virgen de la Paloma, con alegría, colores y hombres y mujeres de la mano, porque el cristianismo y el catolicismo tienen más que ver con la cultura de esta Europa de igualdad que defiendo. Reconozco que, en cambio, me cuesta comprender que, con todo lo que nos ha costado llegar a donde estamos, se permita que los musulmanes de distintos credos, más o menos estrictos, anden haciéndose fuertes en las calles, no solo de Barcelona, sino también de París o de Birmingham, cuando sus normas no son las mismas para hombres y mujeres y, por tanto, atentan contra las constituciones de cualquiera de nuestros países. No nos damos cuenta de que, mientras una religión que no ha avanzado desde la Edad Media va derribando nuestras fronteras con sigilo, crece la posibilidad de que un día cualquiera, sin que nos demos cuenta, al levantarnos, contemplemos que todas las reglas desterradas hace mucho en esas otras religiones, que han ido avanzando con el progreso, vuelven a imponerse, y nos roben la libertad, la igualdad de derechos y la dignidad.

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