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Morir en verano

Publicado en La Razón

«El aire abrasa en la calle, pero ella respira mejor al salir de ese hogar que hace tiempo dejo de ser refugio para volverse trampa»

Vacaciones. Empieza a hacer calor. Mucho calor. Los niños han terminado el colegio y en casa, la convivencia se vuelve cada vez más difícil. Demasiado tiempo compartido. Y la sangre hirviendo con las altas temperatura. Ella sale y entra. Quiere premiarse con alguna actividad distinta de las obligatorias durante el curso. Incluso darse algún capricho. Quizás una pedicura veraniega, tal vez una visita a las rebajas de los grandes almacenes o, como mucho, un refresco con una vecina. Y él se pone nervioso. De mal humor, si no controla y no sabe dónde se encuentra. Los niños gritan. Corren. Discuten. Y ella, a veces, no está para apaciguarlos. Casi nunca le deja solo con los chicos, pero si alguna vez lo hace… El aire abrasa en la calle, pero ella respira mejor al salir de ese hogar que hace tiempo dejó de ser refugio para volverse trampa. El aire parece más puro y fresco fuera, aunque dentro haya ventiladores o, con suerte, ese aire acondicionado, pagado a plazos, que se estropea cuando menos conviene. Cuanta menos conversación y roce, menos posibilidades de que él se enfade. Porque salió. Porque no lo hizo. Porque tardó mucho en preparar la comida. Porque no le gusta el menú. Porque los niños no paran. Y será culpa suya… No hay que desesperar. Lleva tiempo tranquilo. Ojalá permanezca así hasta que pongan rumbo a la playa. Será solo una semana solo, pero…, ¡les vendrá bien cambiar de aires! O no. Puede caber la sorpresa. Y nunca es buena. También si se quedan. Esa convivencia demasiado prolongada podría tornarse arriesgada en cualquier momento. Lo sabe, pero… ¿qué puede hacer? Es la vida que le ha tocado, el hombre que le ha tocado, los hijos que le han tocado… No hay nada que ella pueda cambiar. Y cuidado si se atreve, porque entonces todo peligra. ¿Incluso su vida y la de sus hijos? No quiere pensarlo. No puede ser. No sucederá. No morirá en verano… (14 asesinatos machistas desde que comenzó julio. 11 mujeres, parejas o expareja de los asesinos, 2 hijos y la madre).

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