Publicado en La Gaceta de Salamanca
Esa «juventud» de 30 años debería haber tenido ya acceso a una vida laboral como corresponde
Una no sabe qué tipo de estrategias son capaces de utilizar los partidos en campaña para conseguir el voto de los electores. Y digo para conseguir el voto porque, permítanme que dude de su intención de tratar de salvar a la ciudadanía, de ser sus servidores públicos y de desearle a todos (sean o no de su cuerda) un mayor bienestar social y económico. Los políticos en campaña venden espejismos. Y si están en el Gobierno (central, autonómico, local) en el momento en el que ocurre gozan de muchas más armas que el resto para ofrecerlos con, digamos, cierta credibilidad. La última «maravilla» que ha ofrecido Pedro Sánchez es pagarle el 50 por ciento del interrail europeo a los jóvenes cuando viajen por Europa y un descuento cuando viajen por España de entre el 90 y el 50 por ciento en los trenes y autobuses que dependen del estado. «Vamos a ayudar a que nuestros jóvenes conozcan mejor España». Para empezar, esa «juventud» de 30 años debería haber tenido ya acceso a una vida laboral como corresponde, porque a partir de los 25, uno ya no es, precisamente, un chaval que se tenga que andar conformando con ayudas, sino que debería apostar por una vida propia y digna. No quiero ponerme a analizar una sociedad que parece querer extender la juventud hasta el infinito porque no es capaz de ofrecerle continuar con su propia vida; tampoco me apetece analizar todo lo que se vende como «ayuda» (que luego resulta una trampa mortal para tanta gente que, por no prescindir de ella, acaba rechazando trabajos, conformándose con una vida más limitada, aderezada con incursiones en la economía sumergida y que deja el país cada vez más mermado en cuanto a personas valiosas en diversos puestos de trabajos, que acaban quedándose desiertos y sin posibilidad de que nadie los ocupe, porque a los que podrían, les convencen de que si renuncian a esas ayudas luego la vida será peor…), pero sí me gustaría señalar la angustia que provocan esas ofertas desde el poder de una vida de mentira, a los «jóvenes» responsables». ¿Para qué le sirven a un «joven» de 28 años, los descuentos para conocer España, si no está trabajando ni tiene herramientas para depender de sí mismo? Los políticos parecen querer jóvenes dependientes o quizás ciudadanos dependientes de todas las edades. Cuanta más dependencia tengan, más manipulables serán.