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Marta Robles: “La ficción es muy efectiva para conmovernos”

Publicado en La Gaceta de Salamanca

Presenta este jueves en el Casino de Salamanca (20:00 horas) “La chica a la que no supiste amar”, su tercera novela de la saga del detective Tony Roures

Marta Robles, escritora, periodista y columnista de LA GACETA, presenta este jueves en el Casino de Salamanca (20:00 horas) “La chica a la que no supiste amar”, su tercera novela de la saga del detective Tony Roures. Además, se proyecta el corto homónimo y hay una mesa redonda coordinada por María Eugenia Bueno, doctora de la USAL, con la profesora María Dolores Calvo, los catedráticos Pedro Sangro y Ángel Losada, además de Blanca Rubio, de Apramp.

–Llega a Salamanca con una nueva aventura de Tony Roures.

– “La chica a la que no supiste amar” es la tercera novela de la saga de Tony Roures, un excorresponsal de guerra metido a asuntos de infidelidades que acaba con asuntos de mayor enjundia. Es una saga que me está dando grandes alegrías. Esta novela es Premio Letras del Mediterráneo 2019 y Premio Nacional Alicante Noir 2021. Y además de la novela, he dirigido un corto que ha recibido el Premio a la Mejor Dirección en el Festival de Cortometrajes de Jaén.

–Roures se adentra en otra trepidante investigación.

–Va a investigar el asesinato de una víctima de trata y una red de trata de mujeres con fines de explotación sexual. Se ve también la relación de estas mujeres con el cáncer y la trastienda de nuestra sociedad, con todas las complicidades que se establecen respecto a esta esclavitud del siglo XXI.

–En “A menos de cinco centímetros”, la primera novela de la saga con Tony Roures, también aparecía la trata.

–La trata es un tema recurrente en mi vida. Hace 14 o 15 años estuve a punto de escribir una novela sobre la trata, pero entonces era un tema mucho menos conocido y pensé que era más necesario que lo abordara desde el periodismo. Pasados los años, pensé que era necesario que desde la ficción pudiéramos conmover a las personas porque se nos endurece el corazón de tanto ver lo mismo, lo mismo y lo mismo. Creo que la ficción es muy efectiva para conmovernos. Cuando no te duele el dolor ajeno acabas convertido en un monstruo.

–Convivimos con la trata y miramos hacia otro lado.

–Hay una complicidad en distintos estratos de la sociedad. Y nosotros mismos somos cómplices, de alguna manera, porque sabemos dónde hay clubs de alterne, sabemos que es un problema que existe y miramos hacia otro lado.

–Hay clientes muy jóvenes.

–Están en contacto con la prostitución desde muy jóvenes porque antes están en contacto con la pornografía a través de sus ordenadores. El concepto del sexo a través de la pornografía no es real y cuando van a los prostíbulos maltratan a las mujeres. Si ellas no les conceden lo que piden, las vejan, las humillan, las golpean…. Son chicos muy jóvenes, aunque pensamos que recurrir a prostíbulos es algo “viejuno”, de señores mayores.

“Las novelas tienen que ser verosímiles, estar apuntaladas con la realidad. La investigación sobre la trata me dejó tocada”

–Roures investiga algún caso más en “La chica que no supiste amar”.

–El detective investiga tres casos: uno de trata, otro de infidelidad y otro de tráfico de pastillas adulteradas, que también corren mucho entre los jóvenes. La novela revisa la trastienda de la sociedad. Se ven las complicidades que establecemos todos, a veces por omisión, y la consideración que tenemos de las víctimas de trata, a quienes muchas veces miramos como si fueran personas de segunda categoría. Hay una mirada a una sociedad a la que le cuesta mucho amar bien.

–Ha dado el salto a la dirección audiovisual con el cortometraje “La chica a la que no supiste amar”.

–He dirigido infinidad de programas en televisión y he montado infinidad de imágenes para informativos, con lo cual no es como si me estuviera enfrentando a la física cuántica. El lenguaje audiovisual ya era algo que tenía que ver conmigo y me gusta muchísimo el cine. Cuando empecé a presentar “La chica a la que no supiste amar” me sorprendió la reacción de los jóvenes. Y quise llegar a ellos especialmente porque tienen tan asumido el asunto de la prostitución que no se paran a pensar en la gravedad de que haya trata de mujeres, trata de personas esclavas en el siglo XXI, y en la gravedad de que un ser humano compre carne humana. Me pareció que una forma de conmoverles era la imagen. En el corto de cinco minutos recojo el principio de la novela, que es un shock para los espectadores. Está vehiculado por la música para que sea más impactante para los jóvenes. Era una empresa arriesgada: es un cine que se hace en Reino Unido; en España no es tan habitual, pero es muy potente. Los chicos se quedan impactados.

–Ha recurrido a sus hijos para levantar el cortometraje.

–El protagonista es Ramón Robles, mi hijo mayor, que es actor. Y la música es de mi hijo mediano, Mitch Martin, con su grupo Essex.

–¿Tuvo en mente desde el principio crear una saga con Tony Roures?

–No. Llevo escribiendo desde siempre y tengo 16 libros publicados. Sabía que en algún momento entraría en el género negro, aunque cuando construí al detective Roures no sabía que iba a hacer una saga. Pero desde la primera página de “A menos de cinco centímetros” ya se me ocurrió “La mala suerte”. Y desde “La mala suerte” se me ocurrió “La chica a la que no supiste amar”. Tengo pendiente meterme con una nueva aventura del detective Roures. Pero tengo otro libro en ciernes.

–Su último libro es “Pasiones carnales”.

–La investigación para los tres libros de Roures fue muy dura y me dejó tocada. Tuve que hacer una pausa y ponerme a escribir otra cosa. “Pasiones carnales” fue un trabajo ímprobo porque recorre doce siglos de historia desde Rodrigo, el último rey visigodo, hasta Alfonso XIII. Me cansé mucho con “Pasiones carnales”, pero no me dejó tocado el corazón: aprendí mucho de historia, me divertí, me indigné… pero fue otra aventura.

–Háblenos de su investigación.

–Las novelas tienen que ser verosímiles y todo aquello de lo que hablo está apuntalado con la realidad. Estuve con cinco víctimas de trata, manejé una tesis doctoral de los viajes que hacen las mujeres nigerianas, hablé con médicos del mundo del cáncer, estuve en clubs de alterne, con un proxeneta… Ha sido un viaje duro.

–Para escribir ficción ¿vale con tener destreza?

–Llevo escribiendo ficción desde 2001. Para escribir hace falta mano y para ser escritor hace falta cierto talento. Una cosa es escribir con corrección, la destreza, y otra la creación. En “A menos de cinco centímetros” un escritor muy afamado dice: “Escribir una mala novela es muy difícil y escribir una buena novela es un milagro”. La diferencia está en la emoción. Y ni siquiera la emoción garantiza el éxito. Es tan importante tener algo que contar, como una manera personal de hacerlo. La corrección en la redacción no implica el talento literario. Emocionar no es sencillo.

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