Publicado en el suplemento de salud de La Razón
CARLOS RÍOS, dietista-nutricionista de Realfooding (https://reafooding.com https:/www.instagram.com/
Cada vez comemos más rápido ¿eso nos sube el nivel de triglicéridos?
Quizás el problema de comer rápido no es el causante sino que al querer hacerlo de forma rápida, nuestras elecciones en cuanto a alimentos o productos a consumir no son las mejores. Los ultraprocesados están diseñados para ser de fácil y rápido consumo sin necesidad prácticamente de cocinarlos por lo que elegirlos para nuestras ingestas es lo que determinará nuestro nivel de triglicéridos entre otros.
¿Y cómo afecta a nuestra salud?
De forma negativa indudablemente. Estos productos y sus ingredientes insanos favorecen la elevación de triglicéridos, colesterol, resistencia a la insulina, etc, y otros tantos efectos que a la larga desembocan en enfermedades crónicas no transmisibles como la misma obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades inflamatorias intestinales, etc.
Y al final, lo que se resiente, como siempre es el corazón y los riesgos cardiovasculares aumentan, ¿no?
Claro, el riesgo cardiovascular aumenta exponencialmente y no sólo porque el corazón sea el afectado sino también otros órganos encargados del correcto funcionamiento del organismo como pueden ser hígado, intestino, colon…
Pero ¿a qué se le llama comer rápido?, ¿exactamente en cuánto tiempo deberíamos comer?
Uno de los factores que determinan la saciedad es el tiempo. Normalmente a partir de los 20-30 minutos es cuando se activan una serie de mecanismos que nos dicen que ya “estamos llenos” y por tanto dejemos de comer. Si en 10 minutos hemos comido, muy difícilmente vamos a darle la oportunidad a estos mecanismos que se manifiesten. También es importante la masticación que ayuda a la saciedad, ya que los ultraprocesados prácticamente son como si se “deshacieran en la boca” cosa que no pasa con la comida real la cual necesita de un proceso de masticación.
¿Y por qué no es saludable? ¿Qué se produce en el organismo?
Si no prestamos atención a las señales de saciedad, quizás estemos consumiendo más calorías de la que necesitamos y si además sumamos lo calóricos que son los ultraprocesados, llegamos a un problema mayor. Por supuesto debido a esta ingesta, tendremos picos de glucosa sanguínea elevados, un aumento en la producción de triglicéridos y a nivel “sensorial” incluso seguiremos teniendo hambre.
¿Es verdad que las personas que comen rápido, además, retrasan la sensación de saciedad y comen más que las que comen lento?
Exacto. Como hemos mencionado antes, si la señal de saciedad en cuanto a llenado gástrico aparece a partir de los 20-30 minutos y hemos comido en 10, lo más seguro es que no nos sintamos llenos e incluso hayamos ingerido más cantidad de la cuenta.
¿Y cómo se puede conseguir alargar el tiempo de la comida? Porque cuando uno está acostumbrado, no es fácil cambiar el ritmo, ¿no?
Quizás la manera más sencilla es primero consumir comida real ya que además de ser menos calórica que los ultraprocesados también será más saciante; y segundo hacer un “Mindful eating” o lo que es lo mismo “alimentación consciente”; que no es otra cosa que comer de forma consciente, masticando y saboreando la comida y no haciéndolo de manera “automática”.
¿Y requiere algún tipo de aprendizaje?
Más bien requiere de un cambio de hábitos que por supuesto también tiene su “modo de aprendizaje”.
¿Para animar cabe decir que quien come más lento engorda menos?
Quien hace buenas elecciones en su ingesta y come disfrutando de la comida y siendo consciente de la misma, engorda menos.
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