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“Soy de la idea de que en cada capítulo de una novela tiene que suceder algo”

Publicado en La Razón

LAURA FALCÓ, escritora. Autora de “Amanecer de hielo”

Rubia, inmensamente alta, y atractiva como un personaje de sus propias novelas, la escritora Laura Falcó insiste en su última obra, “Amanecer de hielo” (Edhasa), en la idea de que “las cosas importantes siempre ocurren por algo, nada es por casualidad”. En esta historia, primera incursión en el género negro de la autora, la influencia de la novela policiaca nórdica queda más que reflejada. Para empezar porque el relato transcurre en buena parte en Noruega “Bueno es que la novela arranca de la realidad. De algo que me sucedió a mí. Me acababa de separar y conocí por Facebook al hijo de un compañero de trabajo de muchos años. Él también se acababa de separar así que nos hicimos muy amigos y me invitó a pasar unos días en Noruega.” Además, la escritora confronta el carácter latino y el nórdico de sus personajes ,precisamente en ese entorno.  “Así es. Noruega me encantó y me pareció un buen escenario para ambientar la novela con ese choque entre el carácter típicamente latino de los personajes españoles y el nórdico de los personajes de allí”. Le pregunto por  las diferencias más acusadas entre unos y otros y no duda: “Habrá de todo en todas partes, pero es cierto que la forma de afrontar la vida es distinta. El latino, el español,  el italiano, el portugués e incluso te diría que el francés es mucho más impulsivo, más sanguíneo, se deja llevar más quizás por los sentimientos y es menos analítico. Eso en los países nórdicos es muy poco usual. Ellos son mucho más fríos a la hora de tomar decisiones, valoran muchos aspectos que nosotros pasamos por alto y desde luego son más metódicos, más exigente, más ordenados y mucho más meticulosos con algunas cosas.” Siendo así, su convivencia no será fácil y escribir sobre ella tampoco… “Pues te diré que tiene su gracia porque cuando juntas esos dos perfiles puede ser que  que funcionen perfectamente, porque a veces los polos opuestos se atraen, o que surja una guerra una guerra psicológica por la forma  de ver la vida y  de analizar las situaciones” Con todo tiene que haber sido un reto para la autora, siendo ella misma tan latina, pese a su apariencia más bien nórdica, meterse en la piel de Erika Vinter y Lars Ovesen, los policías noruegos encargados de la investigación. “Todo es cuestión de ponerse en su mentalidad. Cuando estuve en Noruega hablando con este amigo mío presté mucha atención a las casuísticas que me comentaba de amigos suyos y muchas de ellas encajaban con algunos detalles de estos dos policías que quizás, si fueran latinos, no serían capaces de sacrificar ciertas cosas personales por la profesión o porque se espera más de ellos en la sociedad. Y eso en los países nórdicos puede ser más habitual”. En “Amanecer de hielo” como en cualquier buena novela negra que se precie, nada es lo que parece. Ni siquiera el propio arranque, brutal, abrupto y gore, que deja al lector sobrecogido al mostrar a un hombre muerto en la cama y con los genitales cercenados, en su boca. Un gancho salvaje para comenzar… “Eso es porque yo, como lectora, siempre he pensado que cuando una novela no te atrapa en las cinco o seis primeras páginas es difícil que continúe leyéndola. Entonces, como de pequeña era tan mala lectora aunque luego me gustó y me habitué a leer gracias a Stephen King, siempre he sentido esa necesidad casi compulsiva de que las novelas me atrapen desde el principio. Y como escritora busco lo mismo: que el lector no pueda decir a las tres o cuatro páginas que esto va lento y no merece la pena, sino que me dé la oportunidad de llegar un poco más allá. Por eso empiezo así y lo mismo me ocurre con todo el desarrollo. Yo soy de la idea de que en cada capítulo de una novela tiene que suceder algo que haga que el lector no pueda parar de leer.” Pareciera que Laura Falcó necesitase la sorpresa constante como lectora y como escritora. Hija literaria de King, como ella misma dice, no solo necesita que en todos los capítulos ocurra algo sino también que  el final, de ninguna manera, sea previsible. “Tienes razón. A mí como lectora me gusta que me sorprendan, que me descoloquen, no me gusta intuir el final. Creo que es posible que haya un tipo de novela en la cual, desde el principio sepas quien es el asesino porque sea él, por ejemplo, quien te narre la historia; pero tiene que haber algo después, que te sorprenda. Si desde el principio intuyes lo que va a ocurrir no sé qué gracia puede tener la historia” Está claro que eso no pasa en “Amanecer de hielo”, donde  además de ese principio salvaje ,del escenario nórdico y sus gélidos personajes contrapuestos a los cálidos latinos, hay, al menos, una historia de amor y también con sorpresa y no me refiero solo a lo sexual…”Todo tiene sorpresa, sí. Incluso la relación de Miguel y María, los padres del chico asesinado y la chica desaparecida, que se encuentran en una situación límite. Yo creo que en las situaciones desesperadas cabe todo, porque entras en una especie de bucle de sensaciones en el que parece que todo vale, que todo es posible en aquel momento, aunque en otra situación distinta no sirviera de ninguna manera” Habla de la sorpresa Laura Falcó y recuerdo haberle escuchado mencionar que esta novela podía haber sido muy distinta porque se le cerró cuando la estaba escribiendo y no sabía cómo seguir “Sí. Como siempre digo, a veces los personajes te superan. Y yo empecé escribiendo una trama con una idea muy clara, un desarrollo evidente y un final bastante claro también y de pronto algunos personajes –por suerte no todos- fueron tomando vida propia y me di cuenta de que aquello que tenía previsto no encajaba y que la estructura se descolocaba. Pasé un momento de crisis existencial precisamente porque Miguel y María tomaron las riendas y me hicieron replantearme quien iba a ser el asesino finalmente. Primero había una idea inicial que podría haber sido o no la que ha acabado siendo, pero hubo otras de las que me tuve que olvidar y que acabaron descartándose por sí solas”. Le digo a Laura para finalizar que en esta novela, más allá del crimen y la sangre hay una reflexión sobre la soledad. “Efectivamente. No hay ningún personaje que viva realmente acompañado, cada uno por algo distinto. Unos porque son jóvenes y todavía no han encontrado a la persona con la que compartir su vida, otros porque la vida les ha jugado una mala pasada y se han acabado encontrando solos, otros por elección…. Hay mucha soledad en la novela, sí. Como en la vida.”

 

Personal e intransferible

Laura Falcó nació en Barcelona en 1969, está divorciada y tiene dos hijos. Se siente orgullosa “de haber conseguido todo lo que he conseguido sin pedir ayuda a nadie” No se arrepiente de nada “te arrepientes de lo que no haces” Se ríe “hasta de mi sombra” Llorar “me cuesta en situaciones normales, aunque a lo mejor en una película me coge la tontería…” Perdona “pero no olvido”. A una isla desierta se llevaría “a alguien, no algo” Le encanta “la comida mexicana y la Coca-cola Zero, el Lambrusco y el agua”. Es hiperactiva. No tiene vicios confesables. Hace años que no se le repiten los sueños “ahora ni recuerdo lo que sueño”, de mayor me gustaría ser “una persona cuya cabeza y cuerpo funcionen correctamente” y si volviera a nacer “sería lo mismo porque cada uno somos como somos y no cambiaría nada de lo que he hecho”.

 

 

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