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El último pistolero

Dicen que entre colegas hay que lanzarse las navajas a una prudente distancia, de cortesía, para que no alcancen al adversario pero si se escuche el silbar de sus filos cortando el aire como rebanarían un gaznate y quede claro que el oficio es una cosa y la amistad otra. Y a veces he visto destrozarse entre sí a colegas que más parecían en sus enfrentamientos perros entrenados para matar que profesionales intercambiando puntos de vista y análisis. Por suerte, no siempre ocurre y hay a quienes, por más que alguna cuchillada les caiga en el desempeño de sus funciones -incluso por la espalda-, unifican todas las opiniones y consiguen que, pese a la mezquindad de las operaciones de trastienda, en todos los escaparates se les exponga como son, es decir geniales. En realidad tampoco hay tantos tan extraordinarios como para lograrlo. Pasaba con Umbral, pese a sus mortíferas palabras/dagas, emponzoñadas con un humor a veces más dañino que el propio veneno para ratas, y ocurre, sin duda, con un maestro de maestros llamado Raúl del Pozo. El periodista y escritor, por obra y gracia de una de las editoriales más exquisitas de nuestros días, Círculo de Tiza, acaba de publicar una recopilación de artículos realizada espléndidamente por Jesús Fernández Úbeda y titulada “El último pistolero”, que ha puesto de acuerdo a lectores y informadores. Los primeros ya estaban entregados a la causa por sus artículos diarios merecedores de tantos premios y por sus novelas, alguna también premiada; pero entre los segundos, el consenso, casi siempre resulta más inconcreto.  No es es el caso. En esta ocasión todos han llenado de loas este libro, espléndido, que encierra las emociones de un Raúl del Pozo que extiende su mirada a cualquier acontecimiento, independientemente de su tamaño, y lo convierte en un texto repleto de emoción. Pérez Reverte ha dicho “A Raúl del Pozo las certezas y los años no lo hicieron ni cínico ni malo. Es bueno, es veterano, es sabio. Es la lucidez, la experiencia y la memoria”. Julio Valdeón ha asegurado “Raúl siempre fue un cruce de John Wayne y Norman Mailer que escribe como Dios y fuma con la sonrisa del Gran Gatsbi” Y Jesús Quintero ha añadido “Unos persiguen la fama; otros, el dinero; otros , el poder. Raúl del pozo ha perseguido siempre la vida. La vida lo llevó a palacios, prostíbulos, cárceles, psiquiátricos, a la Revolución de los Claveles y al ruido de la calle. Y a convertirse en el periodista más memorable de los últimos tiempos…” Hay asuntos que no admiten discusión: el talento de Raúl del Pozo es uno de ellos.

La Gaceta de Salamanca

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