Marta Robles es la ganadora del Premio Fernando Lara 2013 por ‘Luisa y los espejos’, una novela donde une pasado y presente a través del arte, el amor y la pasión.
Rosario González / Virginia Carrasco • La periodista y escritora Marta Robles es la ganadora del Premio de Novela Fernando Lara 2013, que obtuvo con la obra ‘Luisa y los espejos’. La novela está ambientada en la Venecia de la Belle Époque, donde la reconocida periodista traza un relato de historias paralelas. Como protagonista, toma el personaje histórico de Luisa Casati, una mujer de la alta sociedad veneciana de los años 20 que ejerce como mecenas de artistas. Robles enlaza con el tiempo presente gracias al personaje de Luisa Aldazaba, una mujer de mediana edad en la España de hoy que siempre había querido ser artista y que, al salir de un coma, decide recuperar sus sueños y su pasión por el arte. «De alguna manera se entremezclan las dos y acaban tomando la una la personalidad de la otra», explica la autora, quien siguiendo con las referencias al título de la novela, ‘Luisa y los espejos’, reflexiona que «con los tiempos que corren, compensa mirarnos a los espejos para reflexionar si lo que vemos nos gusta».
El arte, el amor y la pasión por la vida confluyen en estas dos historias que, según su autora, «no van a dejar indiferente a ningún lector». «Tiene todos los ingredientes para triunfar: intriga, ambiente sugestivo, erotismo y magia», defiende la periodista, que cuando se topó con el personaje de Casati tuvo claro que que sería el protagonista de su siguiente novela.
De los dos mujeres que vertebran su libro destaca su fuerza y el empeño con el que tratan de mantenerse fieles a sí mismas. «Defiendo la capacidad de transformación que tienen los seres humanos para alcanzar sus sueños, para lograr ser lo que ellos desean ser. Creo que con empeño y mucha dedicación cualquier ser humano puede alcanzar su reto por enorme que sea», destaca Robles.
Amor y arte
En el caso de estas mujeres, cada una tiene un reto que está exactamente vinculado con el mundo del arte, un recurso este último que vertebra toda su novela. «El arte, pese a la crisis, siempre vive y pervive, quizás porque a él tienen acceso a veces solamente unos pocos privilegiados, pero está claro que hay que proteger la cultura, la creación, en definitva, el arte», señala.
Además de su cada vez más relevante papel como novelista, Robles se ha referido a su faceta más conocida, la de periodista, y ha lanzado un pequeño reproche por las quejas perennes en un sector seriamente afectado por la crisis. «Los periodistas nos miramos muchísimo el ombligo y pensamos que lo nuestro es mucho más grave que lo del resto de la sociedad. Eso me da un poco de pudor, porque si miras al resto de la sociedad te das cuenta de que están igual de mal que nosotros o incluso peor». Y lanzó un reto de futuro. «Nosotros, como el resto de los mortales, tenemos que hacer un esfuerzo para adaptarnos a los nuevos tiempos, que probablemente estarán marcados por los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías».
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