Yo no se si Corinna es princesa o no, pero para mí que si le hicieran la prueba del cuento con los siete colchones, no notaría el guisante… Al parecer, esta señora que sigue utilizando el tratamiento de Alteza Real Serenísima, que le proporcionara su matrimonio con un aristócrata alemán, pese a qué tal unión se extinguiera en 2005, se aferra a él con uñas y dientes, alegando que tiene derecho a hacerlo, en tanto su ex o ella misma no contraigan de nuevo matrimonio. ¿Qué sentido tiene? Se preguntaran ustedes. Pues digo yo que debe quedar muy bonito en las tarjetas de visita, sobre todo cuando se entregan en las negociaciones de altas esferas. Y ese, al parecer, es el oficio de esta atractiva mujer rubia de labios de silicona y ojos transparentes, que debe resultar irresistible a los hombres poderosos. Su primer marido era un importante empresario, el segundo un príncipe, se le adjudica también una relación con el millonario Gert-Rudolf Flick, residente en Suiza y nieto del fundador de uno de los grandes consorcios industriales de la República Federal Alemana y ella ha reconocido una “entrañable amistad” con nuestro rey.
A mí toda esta vida sentimental suya, como supongo que a muchos de ustedes, me interesa más bien poco, en tanto en cuanto no se entremezcle con la política exterior española; porque, hasta donde yo se, esta señora, por bien relacionada que esté, no ha sido votada por ningún español para que le represente en ninguna circunstancia. Sin embargo, si se atiende a las informaciones publicadas ayer por El Mundo, Corinna no sólo habría servido de intermediaria con Abu Dabi, sino que lo habría hecho por expresa petición del ministro García-Margallo. Este lo ha negado taxativamente. Pero sin querer dudar de la veracidad de sus palabras, de lo que sí parece haber constancia es de dos reuniones del ministro de Exteriores con la “princesa” alemana. ¿Que serían encuentros sociales? Pues es posible. Como también esos otros, en los que se cuenta que coincidieron en dos ocasiones el director del CNI. el general Félix Sanz Roldan, y la propia Corinna, con el rey y otras tres personas…Pero parece que el distendido tema de conversación no fue otro que “El Golfo Pérsico”. Yo no se a ustedes, pero a mí, más allá de cacerías y elefantes, no me gustaría que la imagen exterior de España, se relacionara con una mujer como Corinna. No es mi tipo. Se ve que no soy hombre. Ni poderoso, claro.
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Comments
Cierto. Muy cierto.
Que bueno que coincidamos!
Que bueno. Ese comentario de no somos «hombre poderosos» no se yo??? Me gusta un poco más ácido.
Bueno. Es que a mí me gusta la acidez sutil… Un beso