[youtube http://www.youtube.com/watch?v=_CSwx5X08Is&w=420&h=315]
Sin duda, el programa que me hizo más popular. Un formato nuevo y distinto que que provenía de Estados Unidos y que su director, Carlos Aguilera, propuso a Antena 3. En él se conjugaban sucesos, crónica social y noticias curiosas que, entonces –ahora las cosas han cambiado–, no tenían cabida en los informativos. El programa supuso una revolución en su época, sobre todo porque hasta ese momento, la crónica de sociedad reportajeada y los sucesos, contados como noticias de informativo, nunca se habían ofrecido en televisión. Además tenía el plus de una presentación especialmente fresca y cercana que, además, se complementaba con una especie de sentencia que yo solía contar al principio del programa y con una frase cómplice e irónica al final.
Fue un momento glorioso en el que compaginaba aquel programa de increíbles audiencias con el programa de radio A vivir que son dos días, en La Cadena Ser, que dirigí y presenté durante dos años. Y me convertí en el referente de muchas cosas; todos los días me llamaban para entrevistarme, y contaban conmigo para cualquier evento o proyecto… Además, me premiaron con un TP de Oro a la mejor presentadora y después le dieron otro al programa, que correspondía a la etapa en la que yo lo presentaba, y que recogió mi sustituta, Sonsoles Suárez.
Dejé el programa para dar a luz a mi primer hijo, con el compromiso de volver a hacerme cargo de él en cuanto pudiera. Sin embargo, aunque muy pronto volví al trabajo –a los doce días de dar a luz grabé un anuncio de Movistar, a los dieciocho estaba participando como invitada en una tertulia de Hermida, y al mes ya estaba al frente de A vivir que son dos días–, lo cierto es que volver al ritmo frenético de los años anteriores y trabajar durante toda la semana sin descanso me parecía imposible con un hijo. Por eso, renuncié a continuar en el programa y Antena 3 me propuso una edición de fin de semana. No tuvo ni mucho menos la aceptación que el original pero se mantuvo en antena unos meses, hasta que, finalmente, desapareció. Por desgracia y por las circunstancias, el programa diario se fue diluyendo y también desapareció de la parrilla de Antena 3 mientras que su calco más institucional, el programa Gente, permanecía en la de su cadena, en la que aún hoy continúa.
Tras mi paso por las Noticias de las 9, los responsables de Antena 3 pensaron que sería buena idea recuperar A toda página. No corrían los mejores tiempos para la cadena, los cambios en la propiedad y en la dirección acabaron por afectar también a los contenidos. Encargaron una edición especial del programa, con una entrevista más extensa y más movimiento en plató. Sin embargo, ese A toda página no alcanzaba todos los días el 20% que pretendía la cadena. Algunos días lo superaba, pero otros, se quedaba en el 19%. No bajaba más, pero no parecía suficiente. No tardó demasiado en desaparecer y con él la esencia de un programa revolucionario y súper premiado, germen de tantos programas posteriores –unos mejores que otros–, que cambiaron la televisión.